La primera jornada de la Vuelta a Burgos ha servido para ratificar los intereses del Euskaltel Euskadi. La escuadra vasca ha sido la primera en aprovechar la oportunidad y adjudicarse el triunfo de la etapa. Koldo Fernández de Larrea se impuso en el sprint de Briviesca y se vistió de morado. No se han marcado diferencias, pero se han establecido las bases de la carrera. El equipo de Gorka Gerrikagotia quiere ganar y todos sus hombres van a aprovechar cualquier oportunidad para sumar triunfos y, paralelamente, trabajar para el campeón olímpico, Samuel Sánchez. El Euskaltel ha sacado brillo a su trabajo de la etapa y es la cara alegre de la jornada. La cara menos afortunada fue la del Burgos Monumental. Un año más el equipo de Julio Andrés Izquierdo fue el gran animador de la carrera, pero al final tuvo que conformarse con la segunda plaza de Enrique Mata. Los corredores de la tierra con grandes dosis de pundonor asumieron todos los riesgos desde el primer momento. Luis Mas protagonizó la primera escapada junto con King (Cervelo) y Mínguez (Orbea). El ecuatoriano Byron Guama intentó unirse a ellos. Una vez neutralizados, el relevo lo tomó el burgalés Diego Gallego. El escalador se esforzó de pleno en los relevos y al final terminó pagándolo en el segundo paso por el Portillo de Busto. La guinda a todo el trabajo la puso el burgalés Enrique Mata, segundo en el sprint de Briviesca; y el equipo, primero. De igual manera a se ha dejado ver el trabajo del Barloworld -para no permitir que las escapadas fructificaran- y del Kasutsha, colaborando para una llegada masiva. El resto de las escuadras han rodado, han comprobado las fuerzas de los rivales y se reservan para la jornada de hoy. Los homenajes y reconocimientos abrieron la etapa inaugural. La Villa de Oña acogió la salida y fue testigo del reconocimiento de la Asociación Española de Organizadores de Carreras (AEOCC) a la figura de Gregorio Moreno. La placa la recogió su esposa, Paloma Castresana. También hubo un recuerdo a su gran colaborador, Ángel Pereda, y al ATS Manolo Cairo. Recibieron las flores su hija Cristina Pereda y su mujer Carmen Rojas, respectivamente. El minuto de silencio dio paso a la lucha. Desde el primer momento hubo batalla. Numerosos intentos de escapada fueron secados por el pelotón. En Burgos ya se han sentenciado dos ediciones con las escapadas iniciales. Este año la lucha parece más cerrada y los intereses más fuertes. Ninguno de los constantes demarrajes fructificó (Edward King, Luis Mas y Miguel Mínguez). La fortaleza de Alberto Fernández (Fuji) fue clave para que saltara en el kilómetro 30 y se mantuviera durante gran parte del recorrido en cabeza. En ocasiones estuvo solo y hubo momentos en los que estuvo acompañado por el burgalés Diego Gallego (Burgos Monumental), Sergio Domínguez (Contentpolis) y Jesús Rosendo (Andalucía). Su buen momento se confirmó en los dos pasos del único punto montañoso (Alto del Portillo de Busto) y su liderato en la general de la montaña. Tras un centenar de kilómetros de especial protagonismo por la Bureba el pelotón cortó la fiesta. El Burgos Monumental y el Kasutsha unieron fuerzas al Euskaltel y al Barloworld para echar abajo la escapada, agrupar a los corredores y disputar la victoria al sprint. El poder arrollador del pelotón neutralizó en pocos kilómetros las diferencias y se cumplieron los pronósticos: el primer líder de la Vuelta sería una velocista. El más rápido y hábil fue Koldo Fernández de Larrea, que dejó con la miel en los labios a Enrique Mata, del Burgos Monumental. El del Euskaltel es líder pero sabe que su jefe es Samuel Sánchez. Fuente: Diario de Burgos GALERÍA DE IMÁGENES